domingo

¿Debelador de Creencias?: No

Muchos que lean este blog, quizás lleguen a formarse una idea de mí un tanto alejada de la realidad. Porque hoy día, si un cristiano se atreve a decir lo que piensa abiertamente, es acusado de "rebelde", "resentido", o "dañado con la iglesia" (local, se entiende)... Pero eso mismo dijeron en sus "iglesias" de Lutero, Calvino, Erasmo, Zwinglio, y otros muchos, que se atrevieron a levantar la voz cuando descubrieron que la Palabra de Dios enseñaba acerca de la vida abundante, y por contra, algunas instituciones cristianas se morían en ritos y costumbres, donde a veces el dinero era el motor en lugar del puro amor. Sé que eso pasó hace mucho tiempo, y que se le puso el nombre de "La Reforma Protestante"... ¿Pero quién te ha engañado diciendo que ya se acabó? ¿Acaso no hemos de seguir creciendo? ¿No es necesario parecernos cada día más a Jesucristo?

Respondiendo a la cuestión anterior: No, no soy un rebelde, sino alguien que quiere ser cristiano como enseña la Biblia misma, y no según tradiciones. No, no estoy resentido, porque ni envidio lo de otros ni deseo venganza: Dios me enseñó a bendecir, no a maldecir, y tampoco odio a nadie, pues he perdonado a todos... De lo contrario no podría esperar ser perdonado por Dios. Y por último, no, no estoy dañado, porque la libertad y gozo de mi Cristo son bálsamo que me hacen vivir en niveles insospechados. Pero ahora, juzga tú si es pecado leer la Biblia, aprender cosas de ella, corregir errores del pasado, seguir creciendo y aprendiendo, y gritarlo a los cuatro vientos a todos los que tengan oídos para oír.

No quisiera ser duro ni crítico con nadie, pero como el Espíritu le dijo a la iglesia de Laodicea, debes comprar colirio y ponerlo en tus ojos para que veas bien, es necesario llamar las cosas por su nombre (lo contrario sería mentir): Digamos que puede ser que algunos, por el simple acto de pertenecer a tal denominación o grupo cristiano, se crean "baluarte único de la verdad". Pero ten cuidado si tú eres uno de ellos, pues hacer esto, es lo mismo que entronarte en el púlpito de la soberbia y decir: No necesito cambiar más, lo sé todo, nadie va a convencerme de otra cosa que no sea lo que pienso… ¡Mucho cuidado con esto! En Laodicea se llevaron una sorpresa por pensar así, pues se creían ricos, pensaban convencidos que no tenían falta de nada, pero el Espíritu les dijo que eran pobres, que estaban desnudos y ciegos… (Apocalipsis 3:14-22) ¿Acaso no tuviste que cambiar un día para comenzar a asistir a cultos evangélicos, por poner un ejemplo? ¿Entonces por qué no tienes disponible ya la opción de seguir cambiando, si justo el cambio fue la clave para que empezaras a conocer de veras a Dios?

¿Quieres que Dios te vomite de Su boca por navegar entre dos aguas? Yo no, y por eso no me conformo a lo que conozco, ni a los sistemas humanos establecidos; desde luego que no me creo un heraldo, ni alguien que nunca se equivoca, ni soy una persona con la plenitud de la razón: Por descontado que no. Pero tengo, como otros muchos en el mundo, al Espíritu Santo, Aquel a quien si le preguntas cosas con honestidad, te las muestra con claridad. Sé que Dios tiene cosas muy grandes para derramar sobre esta Humanidad, tantas, que no se pueden encerrar entre cuatro paredes, ni en una campaña de milagros, ni en una denominación, ni en una religión. Pero no seamos los mismos cristianos los que limitemos su poder en esta tierra y le ocultemos con un velo de religiosidad... Así, el resto del mundo no le podrá ver.

Hace tiempo que pienso en escribir un artículo como este, donde explicar la razón de este espacio titulado "No Más Mitos Cristianos", y navegando por la red, llegó a mis manos el fragmento de un discurso pronunciado por Francisco Oviedo, Presidente de la Comisión Organizadora de Libertad de Cultos en España, pronunciado el día 11 de marzo de 1910, en el antiguo teatro Barbiere de Madrid, España, y que refleja fielmente mi línea de acción como cristiano libre, y responsable ante el Único al que todos hemos de rendir cuentas. Habla de que no somos debeladores de creencias, lo que quiere decir que no es nuestro cometido "rendir al enemigo con la fuerza de las armas". (No estoy hablando de lucha espiritual ni nada parecido). Pablo lo expresó de otra manera, cuando dijo: "Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder". (1ª Corinitos 4:2). Pero volviendo a la exposición de Francisco Oviedo, dice así:

"No somos debeladores de creencias, siempre respetables si son sinceramente profesadas, ni tampoco somos creadores de nuevas confesiones religiosas. Somos los hijos de la Reforma, los leales defensores del gran principio emancipador de la conciencia humana: el libre examen. Respetables son para nosotros las más atrevidas afirmaciones. El que pide, el que reclama libertad, no puede, no debe solicitar medidas de represión para la conciencia ajena. No somos sectarios de un Cristianismo estratificado, frío, cristalizado en las tenebrosas grutas de un pasado de intransigencias, del que aún tocamos muy lamentables consecuencias. No somos sectarios de ningún reformador, no seguimos la huella de ningún hombre, no obedecemos las inspiraciones de ninguna inteligencia, por augusta que sea. Seguimos libremente las inspiraciones de nuestra propia conciencia, formada al calor de los valores cristianos".

Estamos en tiempos donde una palabra resuena en todas las esferas: Intolerancia. Cualquier sector social pide tolerancia para sí mismo, pero una pregunta clave es esta: ¿Eres tolerante con los demás, tú, que pides que los demás sean tolerantes contigo? Si hago esta pregunta en congregaciones o denominaciones cristianas, la controversia está servida. Pero no es mi cometido crear división por defender diversos puntos de vista; más bien debemos aprovechar todos juntos los tiempos que corren, los avances de la técnica, para poder dar a conocer a Cristo a todo este mundo, pero de una manera humana, cercana, veraz a las Escrituras, fiel al reino de Dios.

Mi libertad para expresar lo que aprendo al estudiar la Biblia, no debiera ofender a nadie, sino enriquecer al que busca genuinamente la verdad de Dios, que nos llamó a estimularnos al amor los unos a los otros, y a edificarnos mutuamente con los tesoros que las Sagradas Escrituras encierran. Examínalo todo y retén solo lo bueno: ES TU RESPONSABILIDAD.

Piensa bien en esto: No podemos encerrar a Dios en un "Credo"; ni limitar Su Presencia solo al templo de una congregación los domingos; ni acotar Su sabiduría infinita y multiforme a las opiniones de algunos que se autodenominan doctos o teólogos... Ya que, quien explica la Escritura es aquel mismo que la inspiró: El Espíritu Santo, y Él habita en TODO aquel que le ha creído y recibido: Esto no es un privilegio solo para algunas personas "influyentes".

¿Encerraremos y limitaremos el poder revelador de Dios a las rígidas, y a veces obsoletas, normas de una estructura? La respuesta correcta debería ser que NO, un no rotundo si se da el caso de que dichas instituciones se basan sobre todo en "normas morales" o en "costumbres denominacionales" o en "tradiciones heredadas" las cuales, en ocasiones se anteponen a las básicas doctrinas de la Biblia: Amor, gozo, libertad, justicia, fe...

Jesús no vino a cargarnos de normas y leyes a cumplir, sino a regalarnos consejos que nos ayudarán a conocerle para vivir en plena libertad... esa libertad que te hace cantar y reír como Pablo y Silas, incluso encerrado en el más oscuro y profundo calabozo: ¡Soy libre! ¡Gracias Dios! ¡Eres precioso! ¡Te amo!

11 comentarios:

superquo dijo...

Creo recordar que leí el discurso que citas en alguna parte... me quedo con tu frase: Mi libertad para expresar lo que aprendo al estudiar la Biblia, no debiera ofender a nadie. El fin es, como dices, edificarnos mutuamente.
Todos estamos aprendiendo y creciendo, y deberíamos estar abiertos a ser corregidos; si sólo estuviese dispuesto a corregir a los demás, estaría impidiendo el crecimiento de los otros y el mío.
Comparto contigo mi deseo de que todo lo que expresamos, todo intercambio de ideas, sea con la motivación de ayudarnos mutuamente a crecer.

David López-Cepero dijo...

Gracias como siempre por tu buena disposición y tu ánimo, David.

La verdad es que no recordaba bien donde había leído el discurso, pero al final de tanto buscar, lo encontré, y como crédito, dejo el enlace al sitio. Es de la página Iglesia.Net una de las primeras cristianas de España:
http://www.iglesia.net/index.php/lawebcristiana/quienes/quienes-somos/

Dios quiera que mucha gente se pueda unir a nosotros en este sentir de edificar, crecer y mejorar, para que Cristo sea visto en nosotros. Un abrazo.

Alejandro Vega dijo...

Hola David, Saludos
Interesante tu blog, vengo de un link del blog de Crespo, estaré visitandote tanto como resulte posible.
Un saludo

David López-Cepero dijo...

Bienvenido al sitio Alejandro. Tus comentarios serán bien recibidos... y como decía "Superquo", ojalá encuentres aquí un sitio para edificarnos mutuamente. Por cierto, he visto que tienes un blog bien cargadito de material, en cuanto pueda le dare un vistazo mejor. Hasta entonces, saludos

Alejandro Vega dijo...

Gracias David, será un gusto recibirte en mi blog.
Interesante tema el de Julianillo Hdez, siempre me ha resultado magnética su historia.
Un saludo

Anónimo dijo...

Hola Peregrino,muy buen articulo,sobre todo me gusto mucho lo de que la reforma no se acabo,me uno a ese sentir!.Con tu permiso y ye te pongo en un link en mi blog,asi nos seguimos leyendo.Muchos saludos!

David López-Cepero dijo...

Alejandro, te recomiendo (quizás lo conozcas) que visites las biografias cristianas de El Ojo Protestante http://biografas.blogspot.com/
Donde podemos encontrar muchas otras interesantes historias de gente que como Julianillo, supieron lo que es servir a Dios aún a riesgo de su vida. Por cierto, he visto que tiene otra biografía de él.

Brisa, es un placer contar con tu apoyo. En cuanto pueda, coloco un enlace a tu página en la sección cristiana (la columna derecha) de mi pagina de enlaces, que no es esta sino la que llamo FavoWeb, (http://favoweb.blogspot.com/) donde reúno todos los sitios que considero interesantes. De todos modos, me estoy pensando si al final incluyo enlaces como el tuyo y el de otras páginas amigas directamente aquí en "No Mas Mitos", pero mientras tanto allí estarás. Un saludo desde España

JPCA dijo...

Me adhiero a tu discurso, gracias hermano.

David López-Cepero dijo...

Gracias a ti, "soldado", por tomarte el tiempo de leer todo el artículo, y el de escribir estas palabras que siempre animan a seguir luchando. Un saludo.

hapuc dijo...

concuerdo plenamente contigo... Dios te guarde

gracias

David López-Cepero dijo...

Gracias a ti Ivonne, por comentar y por tu visita. Me alegro de verte por aquí...

A veces es difícil hablar de estas cosas, pero necesitamos renovar nuestro entendimiento, porque Dios es mucho más de lo que nos enseñaron, y mucho mejor que el mejor de nuestros pensamientos.

Saludos

¿Qué es un MITO?


Un Mito es una cosa que no tiene una realidad concreta, que puede llegar a ser una fábula, una fantasía. Cuando un mito se confunde con algo real, la verdad se distorsiona. Algo así ha sucedido con el cristianismo actual, del que muchos escapan por el mítico concepto que tienen de él. Aún estamos a tiempo de hablar las verdades, a la luz de las Escrituras, la Palabra fiel y verdadera de Dios.