Hola amig@s, tengo que contaros que Davide Peregrinum está perplejo y acongojado tras los últimos acontecimientos que le han rodeado. Me contó cómo iba tras la pista de unos papiros que unos contrabandistas habían robado cerca del Delta del Nilo, pero les perdió la pista y no pudo conseguirlos. Sospechaba que habían sido guardados en unas antiguas cisternas excavadas en la tierra que ya no contenían agua, pero alguien se le adelantó.
Triste por tal pérdida, decidió tomar unos días de descanso y pasó por Turtía, donde decidió visitar un famoso zoco multi-cultural que anunciaban en la zona. Rebuscando por allí pudo encontrar un libro que parecía muy antiguo, manuscrito, con una rancia tapa vegetal, que le hizo pensar que podría estar ante un interesante hallazgo, sobre todo cuando vio el título del ejemplar: “Ministerios de la Iglesia”. Le recordó un manual de igle-crecimiento que le habían enseñado en una congregación evangélica a la que en cierta ocasión asistió; con asombro, se percató de que no tenía en sus manos una de esas copias que hoy se hacen por millares en las imprentas, sino que posiblemente tenía ante sus ojos el original de todas ellas. Parecía ser un manuscrito de la época del protestantismo europeo y al que nadie había dado importancia en aquel mercado, por puro desconocimiento. Lo compró por un precio irrisorio, y corrió a su hotel para verlo con detenimiento.
De puro nervio, comenzó a leerlo inquieto, con tan mala suerte que derramó la bebida que estaba tomando sobre la portada del libro, y ahí vino la sorpresa, el profundo pesar que desde entonces no le ha dejado dormir tranquilo, porque el líquido elemento deshizo la portada de tan precioso ejemplar, dejando a la vista una página oculta bajo la primera, que quizás había estado escondida por siglos. Al descubrir dicha página, se apresuró a despegarla con sumo cuidado, para descubrir lo que decía en aquella oculta portada… Esperaba encontrar alguna transcripción de los padres de la iglesia, algún secreto templario, o un discurso de algún reformador, pero todo lo que pudo leer fue esto: “Una Empresa de Éxito”
¿Qué significaría esto? ¿Acaso lo que creía que era un original era una burda copia? O peor aún ¿Y si alguien quiso aprovechar un libro de carácter empresarial de la época de la Revolución Industrial, y lo disfrazó de antiguo para que lo dieran por bueno? Si el que lo hizo tenía esta intención, lo consiguió, porque las palabras escritas en su interior eran idénticas a las que muchos telepredicadores enseñan hoy día, pero entonces ¿Qué están enseñando? ¿Cuál era el título verdadero del libro? ¿“Una Empresa de Éxito” o “Ministerios de la Iglesia”?
Necesito tu ayuda, peregrino, viajero, estudioso… Los que enseñan este libro creyendo que hablan de la Iglesia ¿Están en lo cierto o han sido engañados? ¿Qué opinas? En esta ocasión, dejo la transcripción literal que me ha pasado “Davide Peregrinum”, y las escuetas anotaciones tipo “b”, en esta ocasión no son antiquísimas, sino que me he permitido colocarlas yo de mi puño y letra, porque son bien distintas de lo que Davide creía; dado que no soy un experto, las he añadido al Diccionario RAEvangélico, porque seguimos necesitados de vuestra colaboración. De seguro que nos podéis ayudar a esclarecer la verdad, y que sabréis perdonar las posibles carencias de las definiciones "b"; a fin y al cabo, yo soy un cristianito de a pie, pero el gran Davide Peregrino está muy confundido y os necesita… EL SUPREMO DICCIONARIO DE LA R.A.E. (V)
(
Religiosa Academia Evangélica)
EMPRESAa) Nuevo sistema de gobierno de las congregaciones evangélicas (y de otras religiones afines al cristianismo). La empresa es el ejemplo a seguir para obtener éxito; consiste en tener un gerente, varios directivos, algunos mandos intermedios y muchos trabajadores que hagan el trabajo de verdad: Eso garantiza una estructura sólida y de garantía. Como toda buena empresa debe dar beneficios, que se invertirán según la VISIÓN (
ver definición en RAEvangélico 4) de los directivos. Evidentemente, hay que trazar metas, objetivos, sistemas de trabajo, y proveer a los trabajadores (a los creyentes) de diversas charlas motivadoras con el fin de aumentar su productividad laboral y económica.
b) La única vez que aparece este texto en la toda la Biblia es en
Santiago 1:11, donde dice que
“así también se marchitará el rico en todas sus empresas”. Es evidente que Dios
no estima que las empresas (planes, propósitos, negocios, caminos…) sean pues un modelo o ejemplo a seguir como manera de gobierno y dirección de la Iglesia, ni de las congregaciones locales.
PASTORa) Gerente de la empresa cristiana y con la titulación necesaria para ello: Credenciales o reconocimiento similar, otorgado por otros poseedores de este mismo cargo. Dicho pastor debe tener un muy buen sueldo “digno de gerente”, para que no se preocupe de su economía, sino de los problemas de la empresa; debe contar con algún consejero personal, con secretaria, línea de teléfono gratuita, Internet para buscar nuevas ideas que proyectar sobre el negocio, y a ser posible, cuotas extras para el vestuario, las convenciones nacionales, los viajes, las dietas y el combustible de su automóvil. Si la empresa es grande, su agenda no le permitirá mantener citas con los empleados sin que medie antes algún mando intermedio que le alivie el trabajo cotidiano.
b) No es un cargo, ni un título, ni un grado, ni un estatus (
ver otra definición en el RAEvangélico 1). Del griego "poimén", indica simplemente una función, un trabajo realizado; se intercambiaba este término asignado a personas que en otros casos eran identificadas con otras palabras, (ancianos, obispos...) siempre en base al trabajo que realizaran en ese momento, y no a un "cargo" jerárquico; por eso estas palabras calificaticas se permutaban entre sí como sinónimos, pero nunca indicando superioridad.
APÓSTOLa) Cuando la empresa crece al punto de tener varias sucursales en el país, e incluso fuera de él, es necesario que uno de los gerentes (
digo pastores) tome las riendas de la empresa a un más alto nivel, adquiriendo (
a veces por iniciativa propia) el rango o título de Apóstol. Además de todos los atributos propios del pastor, debe añadir algunas cosas que demuestren su mayor autoridad, tales como un sueldo descontrolado (porque ya nadie sabe cual es), una sumisión absoluta de sus subordinados (en orden piramidal, desde los demás pastores hasta los “cristianitos rasos” o neófitos), y sobre todo una página Web propia, con muchas fotos suyas y de su familia, muy grandes, muy sonrientes, y de gran dignidad empresarial, en la que explique sus logros, capacitaciones, titulaciones académicas, masters, y todo lo que pueda impresionar a los trabajadores de su agrupación internacional para que jamás cuestionen su valía como líder absoluto e incontestable.
b) Tampoco es un título, ni un cargo atorgado por la valía laboral ni la proyección de una persona, ni siquiera por que "abra obras". Del griego "apostolos", significa delegado, enviado, comisionado. Hay textos del Nuevo Testamento que cuando citan esta palabra griega, ni siquiera han sido traducidos como tal, sino simplemente como
mensajero. Cristo comisionó a doce de ellos, pero hay textos en las Escrituras que nos hablan de que luego surgieron más... Y también algunos falsos.
EVANGELISTAa) Un motivador sociocultural de la empresa. Se encarga de convencer a trabajadores en potencia a que se unan a la compañía; les promete buenos sueldos y prosperidad, ocasionalmente se las apaña para realizar alguna sanación de los que se pretenden añadir a la organización, y luego se dedica a dar charlas con carácter religioso que a veces nadie entiende, pero que son muy efusivas, convincentes y llenas de carga emocional, y que crean una especia de sugestión colectiva en el auditorio e induce a sus oyentes a rellenar solicitudes de admisión a tamaña empresa. El estatus del evangelista puede ser semejante casi al de apóstol, en el aspecto de que nadie sabe de donde viene, ni a donde va… ni por supuesto lo que cobra por sus actos de captación de clientes/obreros… No es necesario hacerlo porque lo hace por “amor a la obra”.
b) Del griego "euanguelistes", que significa proclamadores de las buenas noticias, predicadores del Evangelio. No se une esto a un ministerio con "poderes especiales". Expulsar demonios, sanar enfermos... eran una señal que seguía a los que creían en Jesús, y no específicamente a este llamado "ministerio" o servicio.
PROFETAa) Gurú o vidente que sirve de adivino y analista. Su función es averiguar cuales serán las tendencias del mercado. Es un puesto muy valioso para el resto de la directiva, porque dado su título (venerado por todos los de categorías inferiores), los trabajadores siempre creerán sus palabras, de modo que cuando la empresa marche mal, el gerente le cederá la palabra en público para que vaticine grandes logros futuros que tranquilicen a los trabajadores, y los convenzan de que todo irá bien… siempre y cuando no dejen de trabajar y pagar sus “cuotas sindicales”. Frases favoritas de los profetas: “Algo grande viene”, “Todo saldrá bien”, “Es el momento de PACTAR (
ver definición en RAEvangélico 4) con Dios”, “Dios me ha revelado”, “Sujétense a las autoridades”, “Siento una tremenda UNCIÓN” (
ver definición en RAEvangélico 3) y “Este es el año del Señor para ti”...
b) Del griego "profetes", derivado de las palabras "pro" y "femi", que indican el significado de dar a conocer, mostrar o afirmar pensamientos o palabras, pero con antelación (pro). Algunos afirman que todos los creyentes somos profetas, en el sentido que proclamar el Evangelio es un aviso de todo lo que está por acontecer (además de lo que ya sucedió) Pero el término bíblico parece indicar que Dios revela sus planes a personas determinadas, para despertar y dirigir la conciencia de Su Pueblo, siempre en consonancia con Su Palabra. En todo caso, tampoco se trata de un cargo o título, sino del desarrollo de una capacidad (don) concedida por el Espíritu Santo.
MAESTROa) La empresa no tiene cabida para este empleo, porque podría ser contraproducente, ya que si los trabajadores aprenden demasiado, podrían ser duros candidatos a quitarles los puestos a todos los directivos. A pesar de todo, para acallar a los que se sienten con la vocación de maestros, se ha creado en las empresas (
digo en las congregaciones), un puesto donde abocarlos para que se sientan útiles: La escuela dominical infantil, una especie de guardería (“kinder garden”) donde se entretiene a los niños de los empleados para que no molesten a sus padres en las horas de alta productividad. Un maestro humilde aceptará este puesto, porque los niños son sin duda un buen lugar para experimentar y descubrir así si los maestros tienen dotes de enseñanza a no… Al fin y al cabo, los niños se lo creerán todo. Si algún maestro entiende que ese puesto no es apropiado para él, se le ofrece un mando intermedio para contentarlo; si sigue descontento, se le invita a abandonar la empresa y montar una propia, de enseñanza claro, con cursos por correspondencia, libros ungidos, audio-mensajes...
b) Cuando "maestro" no se refiere a Jesús, se usa la palabra griega "didáskalos" (instructor, doctor, maestro). Es pues el que enseña la sana doctrina, una columna de la Iglesia, pues es encargado (pero nunca en solitario) de dar alimento sólido
(enseñar la Palabra de Dios) a los que aún no la conocen bien, para ayudar al buen crecimiento del cuerpo de Cristo. Por lo tanto, esta es la función principal del maestro, y no la del
pastor polivalente (como se pretende en casi todos los sitios). El origen de esta obcecación por que el "super pastor" tome también el lugar del maestro, surgió por la tradición heredada de la iglesia católica de que un párroco fuera el ÚNICO guía espiritual de sus feligreses. Hablando de esto, un término muy interesante y traducido en la Biblia también como maestro, es el que aparece en
Mateo 23:8, donde se usa la palabra "kadsegutés", (guía, maestro), en que que Jesús mismo dice: "No seáis llamados GUÍAS (maestros) porque uno es vuestro GUÍA (maestro), el Cristo. Toda pretensión de monopolizar la enseñanza en la iglesia de manera individual, va en detrimento del libre crecimiento de los dones en la Iglesia, y resulta peligrosamente opuesto a este consejo recién citado de Jesús.