miércoles

Embriagados en la Noche

Te recomiendo que leas si quieres 1ª Tesalonicenses 5:1-11 donde encontrarás uno de los muchos pasajes bíblicos que advierten que el día de Señor vendrá como ladrón en la noche. Entre los cristianos eso es casi una frase hecha, donde inmediatamente decimos que es una forma de expresar lo repentino o sorpresivo de la segunda venida de Cristo, pero ¿Nunca te ha llamado la atención esa comparación con un ladrón? ¿No tenía Jesús otra mejor historia para esta parábola? ¿No es ladrón algo “malo”, todo lo contrario de Jesús?

A veces leemos tan rápido que pasamos por alto secretos escondidos. El ladrón viene en la noche, roba en la noche, se mueve en la noche, en la oscuridad, ocultamente… Pero cuando venga Cristo ¡Todo ojo lo verá! Entonces, ¿Cómo es esto posible? ¿Vendrá Cristo oculto como un ladrón y a la vez de forma gloriosa y a la vista de todos? ¿Es esto una contradicción? ¿Luz y oscuridad mezcladas? Algo falla… Posiblemente nuestro entendimiento, porque Dios no se equivoca…

Fíjate ahora en el verso 7 del pasaje citado, que dice: “Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan.”

Quizás otro día veamos el por qué de la comparación con un ladrón, pero hoy nos fijaremos en la otra parte que decimos de corrido: La noche. Hay una actitud en el corazón del ser humano que le lleva a vivir “en la noche”, en la oscuridad, y eso denota un comportamiento pues, se escoge ese momento del día para dormir, descansar… y algunos aprovechan para ocultarse y para hacer esas cosas que no quiere que nadie vea, las cuales podrían llenar una larga lista; pero me interesa lo que acabamos de leer en el verso 7: “Los que se embriagan, de noche se embriagan”

Vimos en el pasado post el problema de una mala comida, los efectos de letargo que tiene la CIZAÑA, y ahora, hablamos de la bebida. No es un misterio que el vino alegra el corazón, y que ingerirlo en exceso, aturde el entendimiento. Solo hay que ver a alguien que se haya emborrachado para notar que actúa distinto a lo normal, se toma libertades que no tomaría en su sano juicio, dice cosas escondidas en su corazón que no saldrían de otro modo de allí, y puede llegar a crear un ambiente de éxtasis sucedáneo en el que cree vivir una realidad inexistente, pero palpable y muy real para el que se encuentra en ese estado.

Entonces, sabiendo que se puede vivir en el día o en la noche, no es de extrañar que Jesús mismo dijera estas palabras en Lucas 21:5-36 que culmina en estos tres versículos (34-36):

“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.”

Aquí, Jesús advierte de cosas que sucederán en los últimos días, y de cómo sus discípulos corremos un riesgo: Que nos llenemos de glotonería, embriaguez, y de los afanes de la vida.

¿Acaso no conoces a gente a tu alrededor que trabaja, corre y se desvive por pagar su hipoteca, por comprar un nuevo y potente coche, por tener las máximas comodidades posibles? No digo que aspirar a estas cosas sea malo; lo malo es cargar el corazón de afán y preocupación por conseguirlas, es vivir ahogado entre los espinos de los que habla la parábola del sembrador, esos espinos que son los afanes que impiden el crecimiento a una semilla que YA ESTABA PLANTADA EN BUENA TIERRA: ¿Podrían estar así hoy día muchos que se llaman iglesia? (Mateo 13:7).

Sí, es la iglesia, el creyente que un día conoció un mensaje de libertad, el que voluntariamente se deja atrapar por esos afanes. Es más, a veces se embriaga, se vuelve un glotón vicioso que solo quiere más y más y no se da cuenta de la gran realidad: Vive una ilusión irrealizable, aspira a cosas que no son las cosas que a Dios le interesan, y entonces, vive como un borracho, creyendo ser feliz, y sin darse cuenta de que cuando le alcance el día, la dura realidad le espera, y le recordará que vivió un ficción, una vida paralela, un mundo que solo existió en su imaginación.

Estamos en días malos, y todos corremos el riesgo de olvidarnos en la embriaguez de que viene el día. No es casualidad que Jesús empleara una vez más esta figura hablando del siervo que esperaba a su señor en Lucas 12:41-48 si te fijas en los versos 45 y 46, dice:

“Mas si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y embriagarse, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con los infieles.”

Este también estaba en la casa, también era de los “fieles”, pero sus “borracheras” convirtieron su trabajo, su “ministerio”, en algo detestable a los ojos de su señor, al punto de ocasionar no solo un duro castigo, sino el perder la posición de estar en su casa: Se le puso con los infieles.

Me pregunto si hoy no debiéramos andar con más cuidado, procurando santidad y honestidad absoluta, y sobre todo no tomando vino extraño ni adulterado, ese que nos aturde y nos hace vivir en un mundo de fantasía. Sí, a veces para muchos el cristianismo se convierte en una ilusión, donde se juega a las “iglesitas”, a ser “buena gente”, a tener una perfecta “apariencia” de piedad, a los “cargos de autoridad eclesiástica”… Luego llegamos a casa y la noche se cierne sobre nosotros. El que permite esto en su vida sabe que lo hace, pero no sabe desintoxicarse, se ha acostumbrado al vino y no quiere dejarlo. ¿Recuerdas el mensaje de Odres Viejos?

Lo hermoso de todo es que Dios no nos pide que dejemos de beber vino, sino que nos ofrece uno mejor, uno que agudiza tus sentidos y a la vez te hace ser más feliz que quien toma de aquel otro que entontece ¿Recuerdas lo que dice Efesios 5:15-18?:

“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu…”

Este es otro de los famosos textos usados tantas y tantas veces… No os emborrachéis con vino en lo cual hay desenfreno y libertinaje, sino sed llenos (repletos, atiborrados) del Espíritu…

¿Solo me ha pasado a mí o a ti también? ¿Cuándo te han predicado sobre este pasaje, han seguido leyéndolo completo o han detenido la marcha en este punto? ¡Claro es muy espiritual ser lleno del Espíritu, valga la redundancia! Pero me pregunto ¿Por qué no suelen predicarnos lo que viene unido a esto? ¿Por qué nos privan de esta realidad? ¿Cuál? Pues sigue leyendo los versos del 19 al 21… y lo verás:

“…Sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Someteos unos a otros en el temor de Dios…”

No dice que seamos llenos y punto; dice CÓMO podemos ser llenos del Espíritu (o al menos, algunas de las maneras de serlo): Hablando entre nosotros cosas de Dios, lo que aprendemos, canciones de siempre y otras nuevas del corazón o espirituales, o como dice en otros pasajes, con doctrinas, enseñanzas que recibimos cada cual de nuestro buen Dios… También con un corazón agradecido… ¡Y con sometimiento MUTUO!

¿Cuánto tiempo seguirá la iglesia dormida con ese vino de comunicación eclesiástica de una sola dirección que a veces se convierte en una verdadera droga? ¿Es que Dios solo le habla a un iluminado o un grupo de ellos? ¿No somos todos hijos del Altísimo? ¿No tenemos todos el Espíritu Santo? ¿Por qué no le dejamos entonces derramar su potencial en la riqueza multiforme del cuerpo de Cristo? ¿Por qué no nos reunimos en congregaciones en las que todos tengamos la palabra, todos podamos dar (no solo dinero) y todos podamos recibir de nuestros hermanos? ¿Seguiremos embriagados? ¿No corremos el peligro de terminar andando en la noche con tanta jerarquía que imposibilita el fluir de Espíritu? ¿Cómo podremos cumplir ese “sed llenos del Espíritu hablando entre vosotros con…”?

Sí, sé que las obras de la noche son manifiestas, y no faltan las listas bíblicas que las enumeran: Avaricia, hechicería, idolatría, adulterio, robo, asesinatos, ofensas… Pero no podemos apartar otras cosas no tan evidentes, pero que cohíben la libertad del cristianismo en la Tierra: ¡Acallar las voces anónimas en las congregaciones desde los púlpitos es mutilar el cuerpo de Cristo! ¿Quedará esto sin castigo?

Desde aquí, hago un llamamiento a que podamos alzar TODOS la voz, a que nos enriquezcamos unos a otros, en amor, como dice el texto que te recomendaba leer al principio, el de 1ª de Tesalonicenses 5:11,

“Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.”

Vivir embriagado, o demasiado preocupado por las cosas que nos rodean, es como estar continuamente ausente a la vida espiritual. ¿Es que no nos damos cuenta de que somos un espíritu habitando en un cuerpo? ¿No vemos que somos lo invisible, lo interior, que simplemente viajamos en un vehículo perecedero de carne y hueso? ¿Seguiremos creyendo que lo que ven nuestros ojos es la realidad? ¡No! Eso lo piensa el que está harto del vino que enajena, el que olvida lo que somos y a donde vamos. Esta vida corre mucho, tanto, que cuando te vengas a dar cuenta se habrá agotado.

Yo al menos, quiero vivirla como si ya estuviera en el cielo donde está el trono de Dios, como dice en Efesios 2:6, sentado en los lugares celestiales, con Cristo, con mi mente despierta para los acontecimientos que se avecinan, para la reforma que cambiará los sistemas de la tierra y de la que llamamos iglesia. ¡No durmamos más! Cristo no puede llevarse una esposa arrugada, manchada y mancillada, no puede venir a por una iglesia que adultera idolatrando personajes, instituciones, denominaciones… Ni que bebe el vino que confunde sus sentidos. Yo, como dijera Salomón, (Cantar de los Cantares 1:2) prefiero decirle a mi amado: “Porque mejores son tus amores que el vino.”

17 comentarios:

Anónimo dijo...

hola amigo,comense a leer tu post y coincido con vos en cuanto el adormecimiento y¿muerte?,en la mayoria de los cristianos de hoy ,soy gustavomovik y te mando un abrazo .

David López-Cepero dijo...

Gracias por tu visita Gustavo. Por cierto, he visitado el blog al que se vincula tu comentario, y aparece que es de Fabian Kiper. ¿Es un amigo tuyo, otro nombre que usas para internet? Lo digo por saber si este es tu blog, para verlo con mas detenimiento y comentarte cosas allí.

Otro abrazo desde España

superquo dijo...

"¿Por qué no nos reunimos en congregaciones en las que todos tengamos la palabra, todos podamos dar (no solo dinero) y todos podamos recibir de nuestros hermanos?"
Imposible entender por qué. ¿Porque algunos creen que no han de recibir nada de los demás; los mismos que creen que los demás no pueden recibir nada si no es a través de ellos; los mismos que han convencido a los demás de que no tienen nada que dar (salvo dinero); los mismos que creen que Dios sólo está en las iglesias dirigidas por hombres y abandona a las iglesias que buscan dirección en él?
Hay mucha gente que está en la iglesia por el poder o por lo que puede recibir. Y yo también soy un cristiano consumista, que la mayor parte del tiempo escucho sentado y calladito en mi sitio y no me hago preguntas. Así que te agradezco que hagas preguntas que hemos de hacernos.
Un saludo

David López-Cepero dijo...

David, como digera Monja Guerrillera en un post de tu blog, si no recuerdo mal, si no nos hacemos nosotros estas preguntas ¿Quién las hará? O peor aún, cuando nos las hagan ¿Sabremos qué responder?

Me gustaría dar muchas respuestas, pero creo que lo que Dios ha puesto en mi corazón en este tiempo, es el hacer preguntas que inquieten, que nos despierten, que nos sacudan, que nos ayuden a ver la realidad que tenemos ante nosotros y que a veces, como si "alguien" corriese un velo, no vemos con nitidez. Gracias como siempre por tú sinceridad... Yo también fui por mucho tiempo alguien que solo se sentaba en el banco de un templo algunas veces por semana, y aunque a veces "me tocaba" poder compartir algo, no podía soltar lo que había en mi corazón, sino lo que marcaba "la dirección pastoral"... Mucho tiempo pasó hasta que comprendí que Dios me ha hecho verdaderamente libre.

Un abrazo,

Nicolás Farina dijo...

Hermano,
Tu reflexion me ha hecho muy bien.
Un saludo en el amor de Cristo nuestro REY.
Nicolás.

David López-Cepero dijo...

Hola Nicolás, sé bienvenido a este sitio. Si has podido encontrar aquí algo que te ayudara, seguro que el maravilloso CRISTO REY tiene todo el mérito.

Por mi parte, me alegro de poder colaborar con Él. Y como siempre digo, edifiquémonos mutuamente, que nos necesitamos los unos a los otros.

Un abrazo fraternal...

Anónimo dijo...

Hola Peregrino.

Aqui ando leyendo tus reflexiones.

Esta frase me impacto mucho: "¿Cuánto tiempo seguirá la iglesia dormida con ese vino de comunicación eclesiástica de una sola dirección que a veces se convierte en una verdadera droga?".

Es triste reconocerlo,pero hay cristianos "drogados" por decirlo de alguna manera.Viven en un letargo de legalismos y rejas fariseicas que asustan, dejando a un lado la gracia de Dios para con nosotros.Lo digo por mi propia experiencia.Creo que el camino de la vida abundante de la cual Jesus nos habla,es largo y dificil,pero lleno de amor y libertad en El.Por ese camino queremos ir.

Muchos saludos y es un gusto pasar por tu blog.

David López-Cepero dijo...

Si Betty, ese camino de vida y libertad es por el que queremos ir... ¡Es que Cristo es Vida y Libertad!

Ese es uno de los motivos de que exista este blog, porque es una pena que, como tú dices, haya tanta "rejas farisaicas" que encarcelan al mismo cristianismo. Si Jesús nos hizo libres ¿Por qué atarnos nosotros mismos?

Es para mi una alegría que pasees por este sitio, y que tengamos la oportunidad de compartir "libremente" de las cosas que aprendemos, y que Dios nos ayude a no vivir "drogados" con falsedades de las que atan...

"Creía estar despierto,
era tan real el sueño...
Pero vivía como un muerto,
pues de mi vida ya no era dueño;

las costumbres, las rutinas,
los credos y denominaciones,
me cubrieron como neblina,
se llevaron mis ilusiones,

Un sueño, una pesadilla,
no sé que fuera, no importa,
por delante tengo una vida,
no sé si es larga o es corta,

lo que sé es que despierto,
se vive mejor que dormido,
pues disfrutas con Su aliento,
te cobijas en Su nido"

Un fraternal saludo.

JPCA dijo...

Excelente artículo, Peregrino.

En todo caso, hay algo que no me puede quedar muy claro. Cuando uno se droga, suele crear en sí una evasión de la realidad ¿Crees tú que la evasión, el adormecimiento en las iglesias sea algo que hagan los creyentes a propósito? Puede que eso sea complejo: la gente podría estar conciente de que debe hacer algo, pero no lo hace porque no se acomoda al "diseño de la iglesia".

¿Acaso el diseño de las formas de las iglesias actuales es tan viciado como para ahogar todo eso? me es difícil admitir eso.

David López-Cepero dijo...

Hola "Soldado" no sé si entiendo bien tu pregunta, pero intentaré darte mi opinión (que no vale mucho si no ves que tenga respaldo bíblico, claro).

Por un lado, malo es consumir droga y malo es traficar con ellas; en las algunas congregaciones hay quien crea o promueve esas "drogas" que adormecen ("trafican con ellas") y hay quienes las consumen. Si lees un artículo de este blog titulado CUESTIONANDO ENSEÑANZAS, leeras textos bíblicos que hablan de la responsabilidad del creyente de comprobar si lo que le dicen es cierto o no (como hicieran los discípulos de Berea, por ejemplo)... Es muy fácil escudarse diciendo "Es que mi pastor me dijo que esto o aquello era así..." Pero el día que demos cuenta de nuestras vidas, cuando Dios mismo nos pregunte cómo invertimos nuestros "talentos" entonces "nuestro pastor" no va a estar a tu lado para hacerse responsable de lo que dijo o dejó de decir.

No digo que no necesitemos buenos consejos, sino que debemos preguntar primeramente al Espiritu Santo para saber si esos consejos son buenos o no... De otro modo, se ahoga "el discernimiento" en el que Dios quiere que nos ejercitemos: Nos acostumbramos a que nos resuelvan todos los problemas, en lugar de aprender nosotros mismos, con la ayuda de Dios, claro, cómo afrontar las cosas que nos depare la vida.

Por otro lado, la segunda pregunta, creo que merecerían un post para ella sola, y me alegra que la hayas hecho: Eso muestra que verdaderamente, buscas respuestas congruentes para vivir un cristianismo acorde al modelo de Dios. Si Dios me lo permite, intentaré escribir pronto sobre ello, pero como avance tengo que aclarar que hay congregaciones de 1001 formas, y quizás las que tú conozcas sean hermosas o modélicas; de modo que hablaré de cosas que pienso que pueden "ahogar" la vida de una congregación:

Cuando la comunicación se produce en un solo sentido (De uno o de unos POCOS ministros a los MUCHOS); así se pierde el objetivo de la iglesia que es edificar a TODOS los santos: Si hay un pastor que predica a la iglesia ¿Quién le predica a él? Si mientras él está predicando alguien tiene una pregunta ¿Puede interrumpirlo para hacerla y entenderlo así todo bien o tiene que callar y quedar en ignorancia? ¿Puede "predicar" cualquier miembro de la iglesia? (Unos llevan más tiempo y hay distintos tipos de madurez, pero si el Espíritu Santo está en todos, ¿Por qué limitar su poder? ¿Si Dios usó incluso una burra, no podría hoy día usar a cualquiera para hablarnos? ¿No estaremos acallando al Espíritu Santo? ¿O es que es demasiado arriesgado dejar a la gente hablar? ¿Acaso no tenemos la Biblia para que ejerza de Juez y aclare lo que es verdaderamente de Dios y lo que no?

Otro tema es la jerarquía: No se basa en modelos bíblicos, sino en copias de la sociedad actual. Esto merece un tema aparte; si te fijas, ni siquiera en el Nuevo Testamento había "llaneros solitarios" líderes solos. Incluso Pablo, estaba siempre unido a algún otro hermano (Timoteo, Silas, los hermanos que le servían en sus prisiones...). Hay UNA cabeza y UN cuerpo. AHORA, si las estructuras eclesiásticas son una deformación, SI EL MODELO ES ESTE: La Cabeza (Cristo) "el cuello" (el pastor por quien se filtra todo como un embudo) y el Cuerpo (el resto de ovejitas)... Sería un ejemplo no muy bíblico ni recomendable.

Ya digo que este tema es para tratarlo detenidamente, pero por ahora, lo dejo ahí. Evidentemente, si esto fuera solo mi opinión, no tendría valor: Nuestra responsabilidad es buscar en la Biblia si Dios apoya estos "pensamientos".

Básicamente, todo lo que limite la manifestación de los dones y ministerios del Espíritu, ahoga la vida cristiana y sobrecarga al pastor, reverendo o presidente que "echa sobre sus espaldas" la responsabilidad de traer como "único mediador" la palabra fresca a la congregación, lo cual tampoco tiene apoyo bíblico.

La Biblia habla de la manifestación de la gracia MULTIFORME de Dios, y si nuestra estructura la limita, u obliga al Espíritu a hablar siempre usando a un solo canal (una persona o algunos "escogidos" más) entonces, también estaremos ahogando, poniendo velos, drogando, emborrachando o entorpeciendo el crecimiento del pueblo de Dios.

Un abrazo fraternal

Guille dijo...

En consonancia con el artículo y con el comentario que al respecto hace Brisa Nocturna, se me ocurre sugerir que la famosa expresión de Marx "la religión es el opio de los pueblos" tal vez sea bastante acertada. Solo que la religión en este caso no es "la religión pura y sin mácula delante de Dios" de que habla Santiago, sino la religión humana caracterizada por su legalismo insipido.

David López-Cepero dijo...

Concuerdo contigo, Guille. La tendencia de un cristiano es a pensar que nada del "mundo" está bien, pero a veces, hay gente que ve cosas desde fuera que no pueden verse desde dentro, y la frase que citas puede ser un buen ejemplo de ello: "El opio", "la droga", "el alcohol", "pastillas tranquilizantes": Cosas que nos aturden y no nos dejan ser naturales... sino MANIPULABLES!!!

Bueno, estamos en un mundo lleno de palabras que "alguien" se encargó de torcer.: Iglesia, amor, unción... religión. Y has mostrado muy bien una de ellas: RELIGION.

Cuando alguien escucha esta palabra, entiende una cosa, pero lo cierto es que el significado verdadero de ella es otro, pues su sentido se ha distorsionado entre la "opinión pública"... Y entre los propios creyentes.

Me asusta leer el diccionario de la RAE y encontrar esto:

>>>RELIGION: Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto.

Si se usa esta palabra para designar algún tipo de creencia regida por determinadas normas... Y esa jerga también se introduce en las congregaciones (no digo iglesia, que es otra cosa), no es de extrañar que en los lugares donde la gente se reune "religiosamente" para que le den su porción semanal, piensen lo que piensan y se confundan al leer la Biblia...

Yo me quedo con la segunda acepción de ese diccionario, pues entiendo que es la verdadera religión a la que se refiere el texto que citas. Dice el Diccionario RAE:

"2 Virtud que mueve a dar a Dios el culto debido." (Yo digo: Amén)

"CULTO" ¡Ay que miedo! Otra palabra distorsionada. Al menos en España ir al culto es ir a un templo evangélico... ¿Tendremos que estudiarnos el diccionario para saber qué decimos?

Si me alargo más, voy a tener que convertir esto en otro post, ja, ja...

La verdadera religión ni son normas ni mandatos, sino comunión íntima con Dios y todo lo que ello implica.

Gracias por edificarnos con tu aporte; era un matiz necesario...

Anónimo dijo...

Sin comeentarios... un articulo muy acetado el cual comparto con toda honestidad... te cuento que yo tengo un dicho cada que algo me impacta de cualquier forma y es "QUEEE FUUUERTEEE" jajaja... y eso lo digo ahora.. y me encanta.. un abrazo desde colombia...
att: una amiga en:
www.levantatusmanos.blogspot.com

David López-Cepero dijo...

Hola amiga de "cambia tu chip". Me alegro de verte por aquí, y si, es muuuuuy fuuuuerteeee, je, je, sobre todo porque el tema es algo que sucede de verdad, pero a veces pasa inadvertido.

Gracias por tu simpático comentario, y ya paso a verte con más calma, Paula. Hasta entonces, te mando un saludo desde el sur de España.

Isa dijo...

¡Hola,Peregrino! Está buenísimo este post, y veo la fecha,¡el 9 de marzo! Y yo me preguntó: ¿porqué no lo leí? ¡uy! Tanto que me gusta leerte, pero gracias a la forma en que ahora has puesto tu blog y revisándolo, pude dirigirme hacia acá.Buen post.
Gracias David, por buscar siempre darle la mejor óptica a tu blog, que de esta manera nos ayudas a todos los que somos tus seguidores.
Un fuerte abrazo hasta España.

Isa dijo...

¡Ups! Mi Peregrino, regresé de nuevo y observé bien la fecha y es del 2008 ¡ay! No cabe duda que para ciertas cosas no se estudia, ja,ja,ja.Digo lo mismo: ¡está excelente el post!
De cualquier manera, a través del tiempo, recibe un fuerte abrazo.

David López-Cepero dijo...

Amiga Isa, esto de las fechas nos juega estas bromas de vez en cuando. De todos modos, al ritmo que llevo estos dos últimos meses, casi que termino publicando de un año para otro, je, je...

Bueno, escribí esto hace más de un año, pero creo que sigue siendo vigente, y como dices, el tiempo no debería ser límite para ello. Así que te mando un abrazo ¡Desde el año pasado! Ja, ja, ja...

¿Qué es un MITO?


Un Mito es una cosa que no tiene una realidad concreta, que puede llegar a ser una fábula, una fantasía. Cuando un mito se confunde con algo real, la verdad se distorsiona. Algo así ha sucedido con el cristianismo actual, del que muchos escapan por el mítico concepto que tienen de él. Aún estamos a tiempo de hablar las verdades, a la luz de las Escrituras, la Palabra fiel y verdadera de Dios.